viernes, 5 de junio de 2015

FACTORES INTRAPERSONALES Y CARACTERISTICAS DEL ENTORNO QUE AFECTAN EL APRENDIZAJE


CONTENIDO




La estructura cognitiva, desde un punto de vista constructivista, merece gran atención ya que ésta abarca los efectos de la experiencia personal. Cuando se produce un material para aprendizaje que sea lógicamente significativo, una estructura cognitiva clara, estable y bien organizada, podrá proporcionar significados precisos y sin ambigüedad.
De acuerdo con lo anterior, el alumno construye los nuevos significados sobre la base de aquellos que previamente ha construido, así cuando el estudiante se enfrenta a un nuevo contenido por aprender, afloran sus conceptos, representaciones, valores y conocimientos que ha adquirido en experiencias previas y que determinan la información que seleccionará, la forma en que organizará la información recibida y las posibles relaciones que establecerá.
La concepción constructivista entiende los conocimientos previos del alumno en términos de esquema de conocimiento. Un esquema de conocimiento es la representación que sobre una porción de la realidad posee una persona en un momento determinado (Coll, 1983).
Los esquemas de conocimiento incluyen una amplia variedad de tipos de conocimiento sobre la realidad que van desde informaciones sobre hechos y sucesos, experiencias y anécdotas personales, actitudes, normas y valores, hasta conceptos, explicaciones, teorías y procedimientos relativos a dicha realidad.
En todo aprendizaje significativo existe transferencia, ya que todo aprendizaje es afectado por la estructura cognitiva y, de la misma manera, esta nueva experiencia afectará a la estructura cognitiva modificándola. Como señala Chavero (1999:46-47):
Este efecto de transferencia se ejercerá sobre los materiales recién presentados, donde aparecen significados potenciales, pero no se producirá en la resolución de problemas que exijan aplicación y reorganización de la estructura cognitiva para conseguir nuevos fines.
Una de las principales estrategias propuestas por Ausubel para la mejora de esta variable, es el uso de materiales introductorios u organizadores previos  también conocidos como andamiajes, es apropiado e inclusivo que sean todo lo claro y estable posible. Estos organizadores se presentan antes que el material de aprendizaje en sí y se emplean para facilitar el establecimiento de una actitud favorable hacia el aprendizaje significativo. Con la introducción de los organizadores se lograría tener a disposición ideas pertinentes y apropiadas para hacer significativas las nuevas ideas, tendiendo un puente entre lo que el alumno ya sabe y lo que necesita saber antes de que pueda aprender significativamente un concepto o proposición. Para producir este efecto, los organizadores previos también deberán ser aprendibles y podrán ser enunciados en términos familiares.


Ausubel, Novak y Hanesian (1983) señalan que un factor importante que afecta a la transferencia es el grado de discriminabilidad entre las ideas disponibles y las que van a ser aprendidas. Ya que si las nuevas ideas no fueran discriminables, podrán fácilmente confundirse con las ideas previas y más aún, ser absorbidas por éstas sin generar conocimientos nuevos. Por ello es importante en todo esquema de enseñanza el analizar los factores que afectan a la estructura cognitiva, ya que es posible que dichos factores puedan ser influidos, se podrá lograr precisión, claridad y transferibilidad de un cuerpo dado de conocimientos.
Una de las principales estrategias propuestas por Ausubel para la mejora de la estructura cognitiva, es el uso de materiales introductorios u organizadores previos  también conocidos como andamiajes, es apropiado e inclusivo que sean todo lo claro y estable posible.
Cuando al proponer una determinada tarea a los alumnos evaluemos la disposición cognitiva, deberemos tener en cuenta la amplitud y complejidad del campo cognoscitivo, la existencia de una mayor o menor diferenciación de ideas en la estructura cognitiva, el nivel de precisión de los significados, la posesión o no de conceptos abstractos, la capacidad para tratar proposiciones generales, etc.
La disposición cognitiva influye decisivamente en la eficacia del proceso de aprendizaje, determinando si podrá aprenderse un concepto o proposición. Existe una edad de disposición para cada clase de aprendizaje: más allá de esta edad, se habrán desperdiciado oportunidades de aprendizaje muy valiosas. Contrariamente, cuando se expone prematuramente a un alumno a una tarea antes de que esté apto para ella, no sólo no la aprenderá, sino que esta experiencia le hará temer la tarea y tratará de evitarla en el futuro.
Aunque no se puede conocer directamente, ni controlar, el estado de disposición de un alumno, sí es posible hacer inferencias basándose en el conocimiento detallado de antecedentes familiares, culturales etc., así como en procedimientos diagnósticos como puede ser la preevaluación.
Es interesante en este punto matizar el concepto de disposición referido al nivel de desarrollo cognitivo, que se viene utilizando con relación a las necesidades que plantea una determinada tarea para su realización, independientemente de cómo se haya logrado esta capacidad: por actividades de aprendizaje, por experiencias incidentales, por cambios regulados genéticamente, etc. No hay que confundir la disposición que un alumno presenta para un aprendizaje determinado con su maduración interna, que comprenderá aquellos incrementos de capacidad atribuibles a influencias genéticas o incidentales.

Es la capacidad que cada persona tiene para memorizar, aprender y solucionar problemas (en todos los aspectos). Dicha capacidad puede aumentar hasta donde nosotros queramos, pero para eso hay que ejercitar nuestra mente, que disminuya depende de que no la ejercitemos. Por eso es muy importante leer, trabajar y estudiar.
Grado en que están desarrolladas las más importantes habilidades de la Estructura del Intelecto: Comprensión, memoria, solución de problemas, toma de decisiones, y creatividad. Puede medirse, conocerse y desarrollarse.
“La capacidad del alumno para procesar ideas potencialmente significativas es función en parte de su capacidad intelectual. Esta disposición relativa al desarrollo se incrementa con la edad y con la experiencia y puede ser descrita en función de niveles o etapas cualitativamente diferentes de madurez cognitiva que se requieren para abordar una determinada tarea de aprendizaje con un grado considerable de economía de esfuerzos y de oportunidad de éxito


Adicionalmente a las variables intrapersonales citadas hasta este punto, existe una serie de factores adicionales interrelacionados que ejercen un afecto menos decisivo sobre el aprendizaje, la referencia es a variables de carácter afectivo y social.
Una de las condiciones indispensables para que el aprendizaje significativo pueda producirse, es que exista disposición para ello por parte del alumno. Gran parte de la disposición que muestren éstos a realizar una tarea dependerá del sentido que sean capaces de atribuirle y, para ello es preciso que además de conocer la finalidad y el método que deben seguir para realizar dicha tarea, la encuentren atractiva y por tanto interesante.
El proceso de aprender presupone un interés generado por la necesidad de saber, la motivación se desarrolla a través de variables intermedias como la concentración, la persistencia en la realización de la tarea y la mayor tolerancia ante posibles resultados negativos, pero el efecto que la motivación ejerce sobre la estructura cognitiva del alumno una vez concluidas las sesiones de aprendizaje y formados los productos de interacción cognitiva, deja de influir sobre la estructura mental del alumno.
Los motivos que pueden conducir a un alumno a aprender (motivación de logro) son varios: cognitivos, de mejoría del yo y afiliativos. Normalmente en la motivación de logro están representadas en diferente proporción las tres clases, variando según factores tales como el sexo, edad, cultura, pertenencia a clase social, personalidad, etc.

El impulso cognitivo, el deseo de saber y aprender en sí mismo, es el más importante de los tres en el desarrollo del aprendizaje significativo, porque constituye su propia recompensa. Es probable que su origen esté en la curiosidad, en el deseo de explorar y comprender el entorno, reforzándolo  sobre todo en la experiencia de aprendizaje de la que a su vez depende. Está completamente orientado hacia la tarea en el sentido de que el motivo para terminar, dicha tarea, está en la necesidad de saber, lo cual, constituye su propia recompensa.
La motivación de mejora del yo, hace referencia a la necesidad del alumno por conseguir estatus o reconocimiento social por su competencia en el desarrollo de una tarea. Una de sus fuentes está en la ansiedad que se genera ante el temor a la pérdida de consideración que resulta del fracaso académico. El impulso de mejoramiento del yo, aunque no es una motivación intrínseca para aprender, debe valorarse como positiva con relación a la propia madurez de la persona. Otro motivo para alentar este impulso es que pocos individuos consiguen desarrollar impulsos cognitivos para la gran diversidad de materias que se les presentan y el gran volumen de contenidos que suele abarcar cada una de ellas.
La componente de motivación afiliativa no se orienta ni a la tarea ni al mejoramiento del yo. Su motivo principal está en la espera del reconocimiento por parte de una persona o grupo, independientemente del nivel de desarrollo de la tarea desde el punto de vista personal. El estatus que alcanza el individuo no está determinado por su nivel de aprovechamiento, sino por el hecho de que continúen aceptándolo.
Cuando se aprenden contenidos, se aprende además que se tiene capacidad para aprenderlos; lo contrario sucede cuando no somos capaces de aprender. La experiencia vivida en el proceso de aprendizaje puede ofrecer entonces una imagen positiva de uno mismo, reforzando nuestra propia autoestima o por el contrario lesionarla si la imagen ofrecida es negativa (Solé, 1993). Este autoconcepto que se ve influido por los resultados obtenidos, es a su vez un factor decisivo cuando el alumno debe enfrentarse a una nueva situación de aprendizaje. El concepto de sí mismo o autoconcepto incluye todo un amplio espectro sobre aquellas representaciones, juicios, ideas y sentimientos, que las personas tenemos acerca de nosotros mismos y que puede comprender al individuo en su totalidad o a algún aspecto de este.
Está demostrada la relación entre autoconcepto y rendimiento escolar, encontrándose que aquellos alumnos que poseen un mejor concepto de sí mismo obtienen también mejores resultados académicos. Este resultado plantea importantes cuestiones en la planificación y desarrollo escolar, dado que el autoconcepto se regenera en la interacción diaria con profesores y compañeros, será en el curso de esta relación donde se generen expectativas que pueden modificar la actuación del estudiante.

Favorecer la autoestima del alumno partiendo de lo que ya sabe y reforzar sus aportaciones mediante verbalizaciones adecuadas fomenta su interés y disposición hacia el aprendizaje, y le permite confiar en sus posibilidades, ganando en autonomía para afrontar nuevas tareas.
Favorecer la autoestima del alumno partiendo de lo que ya sabe y reforzar sus aportaciones mediante verbalizaciones adecuadas fomenta su interés y disposición hacia el aprendizaje, y le permite confiar en sus posibilidades, ganando en autonomía para afrontar nuevas tareas.
Los efectos que la autoestima marca sobre el proceso de aprendizaje y que por tanto debemos de considerar en el momento de crear y activar las situaciones o estrategias didácticas previamente diseñadas:
Cuando uno pretende aprender y aprende, la experiencia vivida le ofrece una imagen positiva de sí mismo y se refuerza su autoestima, lo que sin duda constituye un buen bagaje para continuar afrontando los retos que se le presentan. El autoconcepto, que se ve influido por el proceso seguido y los resultados obtenidos en la situación de aprendizaje, influye a su vez en la forma de enfrentarse a ella, y, en general, como ha sido puesto de manifiesto por Rogers (1987) y Rogers y Kutnick (1992), en la forma de comportarse, de interactuar, de estar en el mundo.
El autoconcepto (Fierro, 1990), incluye un conjunto amplio de representaciones (imágenes, juicios, conceptos) que las personas tenemos acerca de nosotras mismas, y que engloban aspectos corporales, psicológicos, sociales, morales y otros. Puede referirse al individuo globalmente entendido o bien a alguna dimensión o aspecto concreto. El autoconcepto se refiere al conocimiento de uno mismo, e incluye juicios valorativos, lo que se denomina autoestima. Situándonos en el marco escolar, se ha demostrado la relación entre el autoconcepto y el rendimiento académico y no existen muchas dudas acerca de que los niños y adolescentes con un alto nivel de autoestima obtienen mejores resultados en la escuela. Más discutible es el sentido de esa relación (¿es una alta autoestima lo que influye en los resultados o son éstos los responsables de una elevada autoestima?), aunque parece sensato pensar que lo que existe una influencia mutua, una relación circular o, mejor, en espiral.


Para el estudio de la personalidad se han utilizado varios instrumentos que se basan hasta cierto punto en la teoría de los tipos psicológicos de Carl Jung. Carl Jung exploró las diferencias en la forma en que las personas perciben y procesan la información. Para ello definió cuatro categorías:
*Sensación: Se refiere a la percepción por medio de los cinco sentidos. Las personas orientadas a la sensación centran su atención en experiencias inmediatas y desarrollan características asociadas con el placer de disfrutar el momento presente. Adquieren mayor agudeza en sus observaciones, memoria para los detalles y practicidad.
* Intuición: Es la percepción de significados, relaciones y posibilidades que el individuo tiene mediante sus propios mecanismos mentales. La intuición permite ir más allá de lo visible por los sentidos, incluyendo posibles eventos futuros. Sin embargo, las personas orientadas a la intuición en la búsqueda de diferentes posibilidades de resolución de un problema, pueden omitir situaciones del presente. Tienden a desarrollar habilidades imaginativas, teóricas-abstractas, creativas y orientación al futuro.
*Pensamiento: Se refiere al procesamiento de la información de manera objetiva y analítica. El pensamiento se escuda en los principios de causa y efecto y tiende a ser impersonal. Las personas orientadas hacia el pensamiento desarrollan características asociadas con el pensar: habilidad analítica, objetividad, preocupación por la justicia, sentido crítico y orientación hacia el tiempo en cuanto a conexiones del pasado al presente y de éste hacia el futuro.
* Sentimiento: Se refiere al procesamiento subjetivo de información basado en los valores asignados a dicha información y a las reacciones emocionales que provocan. Ya que los valores resultan subjetivos y personales, las personas que utilizan este estilo se ajustan generalmente, tanto a los valores de otras personas como a los propios. Las personas orientadas al sentimiento toman decisiones considerando a otras personas, muestran comprensión por la gente, preocupación por la necesidad de afiliación, calor humano, flujo de armonía y orientación hacia el tiempo en relación con la conservación de valores del pasado.
A partir del modelo de tipos psicológicos de Jung se desató un remolino de actividad e investigación sobre la personalidad humana.
Aunque muchos teóricos de los estilos de aprendizaje interpretan la personalidad humana en variadas formas, todo su trabajo está marcado por un foco semejante sobre el proceso de aprender. Así como las inteligencias múltiples, un modelo relacionado primariamente con el contenido o el "qué" del aprendizaje, los estilos se centran en el "cómo" del aprendizaje. A través de los estilos de aprendizaje podemos hablar acerca de la forma como los individuos aprenden y cómo sus preferencias por determinados tipos de procesos de pensamiento afectan sus conductas de aprendizaje.
Los trabajos utilizando el instrumento de Myers_Briggs Type Indicator (MBTI) se remontan a más de 30 años, habiendo tenido una considerable cantidad de validación empírica. Este instrumento mide la fuerza de preferencias que reflejan las formas en las que los individuos perciben la información y hacen sus decisiones acerca de la misma. El instrumento es un cuestionario que comprende 50 preguntas cerradas, y produce 16 tipos diferentes, y están basados en 4 pares de preferencias. A continuación se señalan puntos específicos de estos perfiles cognitivos.

Tipo de persona identificada desde dieciséis tipos posibles viniendo desde los combinaciones de cuatro bipolar dimensiones:
Sensación vs Intuición;
Razón vs Emoción;
Juicio vs Percepción;
Extroversión vs Introversión.
Estilo campo dependiente y un estilo campo independiente.
*El estilo campo dependiente tiende a percibir el todo, sin separar un elemento del campo visual total. Estas personas tienen dificultades para enfocarse en un aspecto de la situación, seleccionar detalles o analizar un patrón en diferentes partes. Tienden a trabajar bien en grupos, buena memoria para la información social y prefieren materias como literatura o historia.
*El estilo campo independiente, en cambio, tiende a percibir partes separadas de un patrón total. No son tan aptos para las relaciones sociales, pero son buenos para las ciencias y las matemáticas.
  

Según Ausubel (1983), las variables sociales y de grupo deben ser consideradas en el aprendizaje escolar, pues inciden inevitablemente en el aprendizaje de materia de estudio, valores y actitudes. Su influencia en el aprendizaje de las primeras es mediada a través de variables motivacionales. Aunque el peso de la evidencia indica que el clima del salón de clase tiene poco efecto en el aprovechamiento académico, afecta las actitudes hacia la escuela, el aprendizaje de valores culturalmente aprobados y la conducta escolar. Por su parte Chavero (1999), cita que:
La dinámica que regula la conducta en el aula, su talante democrático o autoritario no parece un factor decisivo –en cuanto al aprovechamiento académico  (Stern, 1963), aunque sí puede influir sobre las actitudes de nuestros alumnos hacia la escuela y hacia los valores asumidos por los adultos. Porlan (1993) considera, que los principios de libertad de expresión y de respeto a opiniones ajenas son imprescindibles en la escuela, y que la construcción de conocimientos debe basarse en la negociación de significados entre profesor, alumno y compañeros, negociación que no puede realizarse más que en un ambiente democrático.
A pesar de diversos estudios, no existe una respuesta contundente a la pregunta sobre si el aprendizaje de los alumnos es más eficaz cuando se produce en grupo o individualmente, ya que son muchos los factores de lo cual depende, entre los que se puede señalar: naturaleza de la tarea, grado de interacción y cooperación, número de componentes del grupo, liderazgo y conflicto, entre otros. Chavero (1999), señala que algunos autores defienden la efectividad del aprendizaje en grupos cooperativos y puntualizan algunos elementos claves del éxito:
Distribución adecuada de líderes, heterogeneidad del grupo, búsqueda de una interdependencia positiva, fomento de tareas de cohesión social y autonomía del grupo; pero que además, otros autores concluyen a partir de sus propias experiencias el resultado opuesto: el agrupamiento por sí mismo no afecta el éxito, recalcando la importancia de que las decisiones de agrupación estén basadas en las necesidades de los estudiantes. Adicionalmente, cita que Martí y Solé afirman que la cohesión del grupo también puede aumentar la eficacia de éste, cuando se enfrenta a la resolución de problemas, aumentándose la motivación por compartir la tarea con compañeros con los que se simpatiza. Aunque el apoyo del grupo puede reducir la ansiedad y mejora la confianza del individuo para resolver problemas, también diluye la responsabilidad e iniciativa personal.
A través de las interacciones en el grupo y con el profesor, se puede ayudar al aprendizaje del alumno aunque, en ningún caso, puede sustituir al proceso personal de construcción del conocimiento que es propio del individuo.
Resulta fundamental el papel de maestro como facilitador o guía, ya que, la enseñanza –considerada como ayuda  debe caracterizarse por el ajuste de dicha ayuda para que el proceso constructivo del alumno resulte eficaz. Para que la ayuda sea efectiva es básico que se adecue al alumno, para ello debe ajustarse a las características individuales, teniendo en cuenta sus esquemas iniciales de conocimiento y motivación, para propiciar la modificación de sus esquemas en la dirección adecuada.
“Debe quedar claro que el aprendizaje escolar es un proceso activo desde el punto de vista del alumno, en el cual éste construye, modifica, enriquece y diversifica sus esquemas de conocimiento”, señala Onrubia en Coll y col. (1993:102-104), además entre las ayudas ofrecidas al individuo cobra particular importancia la interacción con otras personas como origen de los procesos de aprendizaje y desarrollo humano. Esta idea propuesta por el psicólogo soviético Lev S. Vigotsky y citada por Onrubia, está asociada a la noción de zona de desarrollo próximo. “La zona de desarrollo próximo puede definirse como la distancia entre el nivel de resolución de una tarea que una persona puede alcanzar actuando independientemente y el nivel que puede alcanzar con la ayuda de un compañero más competente en esa tarea”. Según esta idea, es en la zona de desarrollo próximo donde pueden aparecer nuevas formas de afrontar problemas por parte del miembro del grupo menos capacitado gracias a la ayuda de miembros más competentes y, una vez alcanzada esa capacitación, será capaz de afrontar individualmente esos problemas. La zona de desarrollo próximo no es una propiedad de cada participante en su dimensión individual, sino que aparece en la interacción entre participantes con distinto grado de competencia en función de los esquemas de conocimiento que aporta uno y de los recursos que aporta el otro.
De acuerdo con la idea expuesta, resulta claro que, dependiendo de los esquemas que aporten los alumnos a la situación de enseñanza, la forma de actuación sobre la zona de desarrollo próximo deberá ser diferente. Esa diferencia marcará las estrategias a seguir en cada caso, no sólo en un sentido horizontal entre alumnos diferentes; tampoco se debe diseñar la misma ayuda para un individuo que se enfrente por primera vez a una tarea que cuando lo hace tras varios repasos, habrá que ajustarse al momento concreto del aprendizaje en que se encuentre.
El uso, potencialidad y la creación de zonas de desarrollo próximo son discutidos ampliamente por Onrubia (Coll, 1993:107-121) y se fija mediante los siguientes criterios:
1. Creación de zonas de desarrollo próximo en la interacción profesor-alumnos: procesos y criterios.
*Insertar, en el máximo grado posible, la actividad puntual que el alumno realiza en cada momento en el ámbito de marcos u objetivos más amplios en los cuales esa actividad pueda tomar significado de manera más adecuada.
*Posibilitar, en el máximo grado posible, la participación de todos los alumnos en las distintas actividades y tareas, incluso si su nivel de competencia, su interés, o sus conocimientos resultan en un primer momento muy escasos y poco adecuados.
* Establecer un clima racional, afectivo y emocional basado en la confianza, la seguridad y la aceptación mutuas, y en el que tenga cabida la curiosidad, la capacidad de sorpresa y el interés por el conocimiento por sí mismo.
*Introducir, en la medida de lo posible modificaciones y ajustes específicos tanto en la programación más amplia como en el desarrollo “sobre la marcha” de la propia actuación en función de la información obtenida a partir de las actuaciones y productos parciales realizados por los alumnos.
* Promover la utilización y profundización autónoma de los conocimientos que se están aprendiendo por parte de los alumnos.
*Establecer, en el mayor grado posible, relaciones constantes y explícitas entre los nuevos contenidos que son objeto de aprendizaje y los conocimientos previos de los alumnos.
*Utilizar el lenguaje de la manera más clara y explícita posible, tratando de evitar y controlar posibles malentendidos o incomprensiones.
* Emplear el lenguaje para recontextualizar y reconceptualizar la experiencia.
2. La interacción entre alumnos como fuente potencial de creación y avance de Zonas de Desarrollo Próximo:
*El contraste entre puntos de vista moderadamente divergentes a propósito de una tarea o contenido de resolución conjunta.
*La explicitación del propio punto de vista. Elemento que resulta muy natural en la comunicación por medio del Internet en el chat o el correo electrónico.
*La coordinación de roles, el control mutuo del trabajo y el ofrecimiento y recepción mutuos de ayuda.
La zona de desarrollo próximo no aparece como un espacio estático, al contrario, la actuación de los participantes y el proceso de realimentación que se produce entre ellos le confiere un carácter dinámico y cambiante. Este dinamismo obliga a considerar ajustes en la programación y a concebir el currículo de manera flexible en función de la actuación de los alumnos.
Durante la activación de un escenario de aprendizaje por un grupo de alumnos, mismos que deben ser coordinados por el facilitador, cada alumno por separado aportará sus experiencias propias y aquellos con interiorizaciones más profundas sobre los conceptos y a la par con el facilitador, serán los elementos fundamentales que potencien la zona de desarrollo próximo de los estudiantes que experimenten mayor lentitud en el proceso de aprendizaje, ésta es la socialización que prevé el modelo diseñado.

Uno de los principales pasos que hay que dar para lograr un aprendizaje eficaz es reunir todas las condiciones favorables para aprender y asociar sentimientos agradables a todo lo referente al estudio, ya que así se asimilará y se recordará mejor.
Para conseguirlo, es importante que cuides los factores ambientales de tu lugar de estudio de forma que logres un contexto que favorezca tu sesión de estudio. El mejor es una habitación exclusiva para estudiar, a la que debes procurar dotar de las condiciones de iluminación, silencio, temperatura, ventilación, etc. Si esto no es posible, busca una biblioteca lo más silenciosa posible, siempre la misma.
En cuanto al mobiliario, debes disponer de una mesa amplia, con lo que evitarás interrupciones para buscar material.
Cerca de la mesa debes tener una pequeña estantería; en ella debes reunir los libros, cuadernos, apuntes y diccionarios que utilizas a diario.
La mejor forma de estudiar es sentada en una silla, con la espalda recta, las piernas formando ángulo recto, los pies en el suelo, los antebrazos encima de la mesa y la cabeza y parte alta de la espalda ligeramente inclinada hacia delante.



Complementan, facilitan la adquisición de aprendizajes, aportan informaciones básicas e introducen modelos explicativos del curriculum. Son mediadores entre la persona y la realidad a aprender y son imprescindibles. Hay que analizar la participación de los alumnos con estos materiales y son responsabilidad del profesor.
Tipos.
Se clasifican en función del uso en individuales y colectivos y en función de su ubicación específica en el aula o en lugares comunes del centro. Qué tipo, cómo se utilizan y usan, cómo se distribuyen, su selección, ha de ser tenido todo esto en cuenta por los profesores y ha de ser consecuencia del análisis de las necesidades de los alumnos del centro, de su situación específica y de la definición de estrategias más convenientes en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Todo esto condiciona el desarrollo del curso de una u otra manera.
Es conveniente que los profesores evalúen de forma periódica su utilización y es necesario que las decisiones se tomen en conjunto y no de forma individual. La reforma incide en la adquisición de un concepto de materiales curriculares basado en la diversificación y gran flexibilidad de estos, por un uso dinámico e interactivo de los mismos.
Libros y materiales curriculares.
Tradicionalmente el material curricular básico es el libro, pero como estamos en una sociedad que nos permite acceder a gran cantidad de información en poco tiempo, no se puede encerrar todo el conocimiento en un libro porque sería tergiversar el concepto de la enseñanza. Este es uno de los puntos a los que pone más interés la reforma. Es necesario que el trabajo en el aula por los alumnos se base en una multiplicidad de materiales, algunos de uso individual y otros de uso colectivo en un espacio en el que están catalogados, clasificados, ordenados y puestos a disposición de los alumnos para favorecer el aprendizaje.
Pero nunca olvidando el libro de texto que puede aportar un gran papel con la nueva concepción de trabajo en el aula. Los equipos docentes han de estar preparados para aportar nuevas propuestas alternativas a estos materiales, pero sin dejar de lado los retos que la sociedad de la información plantea en la actualidad a la enseñanza obligatoria.
Funciones de los materiales curriculares.
Función básica de complementar y servir de base a la actividad educadora que se desarrolla en el aula o en cualquier espacio educativo en general. En la escuela tradicional los alumnos debían aprender los conocimientos que venían en manuales estructurados y la valoración de sus conocimientos se reducía a la capacidad a la capacidad de recordarlos, memorizarlos y/o repetirlos. Los cambios en la enseñanza hacen que se conciban los materiales como un recurso más de apoyo a la tarea educativa. Han de contribuir a motivar, informar, completar la información previa que ya se tiene, sugerir modelos de explicación, ilustrar los propios conocimientos. Esto lo pueden tener los libros pero depende del profesor hacer que sean depósitos de saber o mediadores de la tarea educativa.
Características que deberían tener los materiales.
Motivadora, Ser capaces de motivar en el alumnado el interés por el tema. Puede conseguirse de formas diferentes:
A través de la forma del material: medios audiovisuales de gran interés videos, cómics, diapositivas, etc.
A partir del contenido propiamente dicho, sino presentan problemas de preparación tienen gran aceptación (temática de animales para niños).
A partir del planteamiento de los temas: una situación problemática despierta el interés en temas que antes no tenían.
Informadora, Deben dar información lo más extensa posible del tema a tratar en relación con el nivel al que se refieren, no se trata de resumir información mínima, sino de abrir las puertas a las posibilidades de conocimientos de los niños/as, se trata de romper la fragmentación que el libro de texto nos da de antemano.
Orientados didácticamente.
Deben estar estructurados y secuenciados convenientemente, deben recoger las orientaciones didácticas para su utilización proponiendo recursos complementarios, actividades a realizar, etc. Pero han de ser flexibles para permitir distintas respuestas de trabajo para los alumnos y diferentes planteamientos a partir del profesor.
Polivalentes, plurales y variados.
Deberías poder ser utilizados en más de curso o en diferentes niveles educativos o en distintas áreas. Deben recoger distintos puntos de vista porque el contraste de información enriquece el aprendizaje.
Escolares y no escolares.
Los materiales no deben ser exclusivos de la escuela sino que deberían estar presentes en la vida cotidiana aun corriendo el riesgo de no estar adaptados a la realidad concreta y específica del grupo de alumnos.


Existen varios enfoques motivacionales que se inclinan más hacia las causas próximas del comportamiento que hacia las necesidades y características (la suposición básica es que las personas se sienten más motivadas cuando sus valores, sus necesidades y su carácter se ajustan al contexto laboral y organizacional que cuando no lo están). Los enfoques de causas próximas al comportamiento se centran principalmente en las creencias que la gente tiene acerca de su propio desempeño, como por ejemplo lo que están tratando de hacer, desean hacer, piensan que pueden hacer, o realmente esperan hacer. Estos enfoques específicos se basan en el supuesto de que las creencias propias acerca de las actividades futuras de una persona (y las propias interpretaciones de actividades pasadas) influyen en sus acciones en el presente.
En esta última categoría se incluyen las teorías del establecimiento de metas, la auto-eficacia y las expectativas. Estas teorías se asemejan en cuanto a que cada concepto requiere que la gente piense y juzgue su desempeño futuro con base en las experiencias pasadas y su valoración del momento. Las metas tienden a reflejar lo que la gente desea hacer, la auto-eficacia refleja lo que la gente piensa que puede hacer y las expectativas reflejan el "mejor estimativo" que tiene la gente sobre las consecuencias de sus acciones.
En este documento se revisan criterios para comprender la relación entre el establecimiento de metas y el desempeño, incluyendo definiciones, diferentes medidas, perspectivas, enfoques, mediadores y moderadores, sobre diferentes investigaciones prácticas acerca del establecimiento de metas. Finalmente, este escrito proporciona la base para propuestas de investigación específicas concernientes a la confiabilidad y validez de la medida y la posibilidad de generalizar esta teoría para distintas tareas (por ejemplo, labores complejas, dificultad de las metas, trabajos novedosos), para diversas organizaciones (por ejemplo, trabajadores independientes, establecimiento de metas de manera participativa, grupos cohesionados) y para diferentes países y culturas (por ejemplo, colectivismo vs. individualismo).
ESTABLECIMIENTO DE METAS, COMPORTAMIENTO Y DESEMPEÑO
En lugar de examinar el establecimiento de metas en general, este escrito se centra principalmente en la manera como el establecimiento de metas influye en el comportamiento y el desempeño. Antes de estudiar las teorías que tratan sobre este punto, se debe ubicar el concepto de establecimiento de metas al plano del contexto motivacional.
Quizás la definición de motivación más utilizada gira en torno a cuatro procesos: emoción, dirección, intensidad y persistencia de las acciones voluntarias que están orientadas hacia las metas. La motivación es un concepto, no se puede observar de manera directa y por lo tanto se debe comprobar como parte de una teoría más amplia donde las condiciones antecedentes están ligadas a las acciones conductuales. Adicionalmente, la motivación es personal e individual en términos de su contenido. Cada uno de nosotros es único en términos de lo que nos emociona y de la manera como dirigimos nuestro comportamiento; y finalmente, la motivación es dirigida hacia una meta.
Las discrepancias entre las metas y el logro de éstas pueden ser vistas como importantes determinantes de la emoción y la dirección del comportamiento; la importancia y el compromiso con la meta son valiosos para la intensidad y la persistencia. Las metas incitan a la gente a hacer un mayor esfuerzo, centrar la atención, desarrollar estrategias y persistir frente al fracaso. Aceptar una meta asignada o establecer una meta para uno mismo ayuda a centrar la atención y evitar las distracciones. La meta ayuda a elegir comportamientos. Adicionalmente, el nivel de la meta y el compromiso que se tenga con ésta, aumentan el esfuerzo empleado en alcanzarla y la persistencia para enfrentar los obstáculos y el fracaso. Por lo tanto, las metas tienen un efecto directo sobre la atención, la elección del comportamiento, el esfuerzo y la persistencia, cuatro resultados conductuales claves en la motivación.
ESTABLECIMIENTO DE METAS Y COMPROMISO CON LAS METAS
En el centro de la teoría del establecimiento de metas se encuentra la idea de la acción con propósito. La gente elige las metas que se relacionan con la satisfacción de sus necesidades; la aspiración y la búsqueda de metas son parte central del proceso de la vida misma. La acción consciente y auto-dirigida es la responsable de casi todo lo que la gente hace; esta búsqueda incita el proceso motivacional (Mitchell, 1997).
La investigación organizacional confirma esta declaración. La gente con metas trabaja más duro y se desempeña mejor que la que no tiene metas. Mientras sean aceptadas, las metas difíciles conducen a niveles superiores de desempeño laboral que las metas fáciles o la ausencia de metas. Las metas específicas son más motivadoras que las metas generales en términos de desempeño laboral. Sin embargo, para que el establecimiento de metas sea efectivo, los individuos deben poseer la capacidad necesaria para llevar a cabo las tareas y estar comprometidos con el logro de las metas.
El compromiso se refiere al apego o a la determinación de alcanzar una meta, independientemente de su origen Por lo tanto puede aplicarse a cualquier meta, sea auto-establecida, participativa o asignada. La aceptación es un tipo de compromiso; se refiere al compromiso con una meta que ha sido asignada. Conceptualmente, el compromiso con las metas modera la relación entre la dificultad de la meta y el desempeño.

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